Relámpago de plata y seda
sea esta huelga, que ilumine
del todos y de todas las conciencias.
En esta “pulcra y envidiable democracia”
que es bello presente para el pueblo
que nos dió la monarquía, por su gracia.
De los garantes del derecho cotidiano
nada espera este corazón alado.
Que están los cerebros lavados, bien lavados.
La prensa, confidentes de quimeras,
y un tropel de bestias de uniformes,
al latido de voluntad, dejarán fuera.
Perseguidos, masacrados, espíritus livianos
serán tildados de hordas terroristas
tornando en espejismos satánicos sus anhelos humanos.
Desarmados sus dientes y sus uñas,
pisotearán los espíritus malvados
a los ungidos por la paz y la palabra en lucha.
Sólo angostas grietas quedarán a la esperanza
Y el pueblo aterido se dirá que vengan otros
que saquen de este averno las castañas.
Dorados escorpiones, sumidos en narcótico acomodo
gobiernan esta confusa tierra con rebaño
silente de corderos que no hallan el modo
de salir de esta torre de babel que rodea al obrero
manejando los hilos del cotarro
mercaderes traidores, buitres carroñeros.
Son piratas infieles, arpíos guerreros
que se apegan a sillones oficiales...¡Que los mueran!
A aquellos que son del poderoso, voceros.
No haya pozo de paz para estos mentirosos fieros,
hatajo de imbéciles, sin cojones, corruptos
cronistas, sumisos mamporreros
de las altas finanzas.Cucarachas nauseabundas.
Marranos sin escrúpulos manejando información.
Y el pueblo exprimido, parco salario, en sombra profunda.