Estamos tumbados, amor, en una suite de lujo. Tú, junto a mí, tocable. Es hermoso el limite final de mi vida. Tu piel canela. Y en ella el grito negro, sobre la carne, que es tu cabello, sometido, amasado en dulce desorden, preciso y precioso, colocado.
Desnudos ambos. Con un amor imposible. Amándonos incluso en el entresueño. Impecables tus brazos, tus largas piernas. Paso por ellas, con deseo, mi dedo índice. Avanzo por tus curvas. El toque de mi mano es leve. A derecha e izquierda. Desde los tobillos hasta tu espalda. De ahí subo un solo instante a una oreja y mi mano salta a tus ingles. Nuestros labios se besan apasionadamente. Despierto y no estás junto a mí.
Autor: Pedro Jesús Cortés Zafra.