Tu cabello expande negligencia, desorden de lino joven. Anochece junto al mar, en la bahía, se pliegan de oro las dulces olas como ignoradas pestañas que parpadean la tarde. Brillando, sobre ella, nuestro amor. Tus besos. Nuestros deseos. Mis labios en tu cuerpo. Y... más besos. Son flores de dulzura las curvas de tu cintura. Ocultos por el crepúsculo. Nuestra sagrada aventura lleva el impulso de mi mano a tu espalda. Mis ojos cerrados acarician tus piernas, ahora invisibles. En la bahía, en esta playa, ahora es todo dulce armonía. La exquisitez, de tu piel, pura extensión marina.
Autor: Pedro Jesús Cortés Zafra.