¡Ay qué pena tiene el alma!
¡Qué angustia!, ¡qué desazón!
¡Qué frio recorre tu cuerpo
si el miedo te atenazó!
Y, aunque no parezca cierto...
¡es más fuerte que el dolor!.
Si te coge entre sus garras
y te hace sentir pavor
es tu alma la que sangra,
presa ya, sin redención.
Aquel que llegó a sentirlo
y por su vida temió
sabe muy bien lo que digo.
Es, en sí, por el terror;
por lo que someten pueblos
que enloquecen del horror
y dejan de ser personas
llegando hasta la traición.
O convirtiendo en esclavo
al bravo batallador.
Bien lo saben terroristas
que van sembrando dolor.
Y lo saben los estados
que, al fin, terroristas son
cuando asesinan a niños
para sembrar el terror.
Pedro Jesús Cortés Zafra.