1 julio 2013
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Nuestra barca está varada
Junto al espigón. Sin vida.
Tú y el hijo caminando.
Y yo sentado en la orilla.
Los caminos se bifurcan.
No llevan al mismo sitio.
Nos quedó en común el hijo
Tenemos más que al principio.
Jamás se rompió una cuerda
si sólo tira una parte.
Siempre es culpa compartida.
Admitirlo no es doblarte
Que cada cual ve su ego
y piensa que es lo más bueno.
Yo y mi razón, tú y la tuya:
La convivencia es veneno.
Porque el amor es entrega
de lo mejor de sí mismo
y admirar de la otra parte
lo mejor, con altruismo.
Siempre, llegado el momento
de, cada cual por su lado,
se debe tener en cuenta
los hijos que se han creado.
Porque nada es para siempre.
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Para el creyente cristiano,
ni siquiera lo es la muerte.
Tan sólo para el pagano.
Y si el errar es humano
y rectificar de sabios,
tendámonos ya la mano
y dejemos los resabios.
Dejémonos ya de odios.
Seamos ya civilizados.
Ahorrémosle sufrimientos
al hijo que hemos creado.
Autor:Pedro Jesús Cortés Zafra
Published by pjczafra