Vivir.
Madrid ha despertado.
Se ha puesto, al rojo vivo, la vida
En este otoño en sangre,
De país en ruina.
¡Oh, Dios!
Asalto, policía,...
sangre roja, como siempre,
como si nada;
buscando el pulso al día,
con cara ensangrentada.
Escribiendo en el viento fugitivo,
sin contagiar sonrisas.
Pegando con razones descoloridas.
Oculto en columna arrinconada
para ponerse en pie.
Este veinticinco, vivido a pulso,
airadamente, con rabia.
Viendo un cielo duro
de muerte al hombro,
¡helicópteros!... Volando,
abominando
el interior de los pechos,
¡escombros en el aire!
Callando hombres,
en estado de excepción
Huyeron los sueños,
tornó a mi obra el deshorizonte.
Casi inmortal,
en calles de desencanto,
rompiendo la fiesta brava.
¡El pueblo en retirada!...
Lo demás, nada.