Sollozos aullando en la intemperie,
telarañas de antiguas heridas.
No hubo un muelle de luna
donde amarrar sus vidas
Hilachos de cordura
les rasgó su desdicha.
Buscando algún refugio
a jirones de su esperanza perdida.
Temblando debajo de los puentes
ocultando inmundicias.
Enajenaciones de las fiebres,
tributos al dios de las vigilias
Tienden emboscadas
de euforias amarillas.
El corazón desbocado de delirios
realizando las oscuras cobardías.
Advenimientos de abismos absolutos,
terribles espectros de agonía.
Identidad de ojeras que tiemblan
en la rabia, látigo que impone alevosías.
Alucinan, vagabundean, se evaden
de tanta soledad insolidaria.
Llorando briznas de sueños
los aguijones decretan muertes solitarias.