Es mediodía. Desasosiego contenido.
Primer pensamiento, pedir auxilio.
Carro cargado de aullidos oscuros, de muerte.
Remolinos de locura infinita nos provoca,
La muerte, con su dialecto a descifrar.
Salgo de la casa de la infancia.
Dislocadas piernas. Movimiento vital.
Una espartana decisión airada lucha
Contra la humana costumbre de pisotearlo todo.
La memoria, su trampa, sombría nostalgia.
La memoria, celosa madre intranquila,
Espiga bocabajo que se pudre.
Intento poner en orden mi cuerpo.
Ubicar mi alma. Clamor de soledad.
Soledad unificadora de promesas no cumplidas.
¿Será, el castigo, en justa retribución a mi maldad?.
Autor: Pedro Jesús Cortés Zafra.