Erizaron el oxigeno del aire en amoroso silbo.
Un cosmos de plumas, daban aliento de fuego.
Alzó, una arquitectura de pájaros encendidos.
Como velas ardientes, con jauría de huecos.
Cuando nos falten la Memoria y la Razón, siempre nos quedará
LA IMAGINACIÓN DEL ALMA.
(Reservados todos lo derechos legales de los textos de este blog)
Erizaron el oxigeno del aire en amoroso silbo.
Un cosmos de plumas, daban aliento de fuego.
Alzó, una arquitectura de pájaros encendidos.
Como velas ardientes, con jauría de huecos.
Cabalgan potros de gérmenes que atrapan,
en compactos secretos corredores,
con constelaciones de vientres hambreantes.
Que estatuyeron enlutados que atenazan
en vastedad de hogueras las ilusiones humanas.
La iniquidad andaba a la intemperie
declarando que la luna que sufrimos
amaba negros atropellos, de alambiques,
que alzan la injusticia en desvergüenzas.
En este lado del mundo, primitivos soles
extraen los mostos de la economía
convertidos en vinos, reflejos de fuerzas,
que escancian la política de nuestra existencia.
Rituales de vida social quemante
infinita maldad, profunda y lacerante.
El desamor es un lujo
que siempre acaba en ausencias,
y la rigidez del disfraz,
naufraga inconveniencias.
Lloviznas de comentarios,
pisoteando lecturas,
que hostigan quehacer diario,
poblando nuestras suturas.
Del mentiroso las ciénagas
sabemos que sí perdemos,
pero no, lo que se gana.
Ya el horizonte se calma,
para escribir nuevos signos
de esperanzas en el alma.
Andaré, a pesar de la sutil flor languideciendo
que es mi espíritu rebelde.
Sobreviviré a los búcaros de celos poco justos
con que me presentas al mundo.
Tenderé trampas a las habladurías para poder ser
independiente.
Perturbaré mi alma hasta el último refugio
de mis médulas de musgo.
Desgarraré acuerdos irrazonables
de rebaños de costumbres.
Cederé las puntillas de mis flecos
de transparencias de encarnizado dolor.
Abrazaré las prohibiciones que me han
templado el alma.
Dejaré de sentir el temor de los prejuicios
y mi espíritu arisco, dará saltos
de liberación contra sus látigos.
Antes de que escribanos
sin miramientos insistan
en tender sobre la historia
espesos mantos de olvido
robando protagonismo
a sus retiradas, a su rabia,
a su espíritu, a su resistencia,...
Rindo homenaje
a las mujeres y hombres,
del 15 M. desde el descaro
de mi pensamiento,
de su tristeza y entrega,
su agonía e infortunio,
en territorios de tinieblas.
Harto de los buitres
de cadáveres de usura,
con cientos de escribidores
que abdican el horizonte
al mejor oferente,
y van siendo cómplices
de las páginas desnudas
de diarios malditos.
Me declaro enemigo
del vasallaje de los rebaños
de humanos inconscientes.
Y encarnizado e insolente,
quiero desertar de mi vida
ornamental y esquiva
y apoyar este reto.
A orillas de la nada, expulsados del barro,
ganado humano en cautiverio, con torpes hatos.
Como dudosas tinieblas del destino
obstinadas, densas hordas de nostalgia,
vagaron fugaces hacia las penas de sus bocas,
osamentas sin retorno, coágulos de presagios ...
Inquietud en la piel, sobre músculos escasos.
Derrotado en la llanura, sin memoria de invierno.
Su caminar, repetidos crepúsculos
de hambrunas, con muslos tensos.
Es esbozo en su rostro,
un halo de demencia,
ocultando el calvario
de una historia de ausencias.
Surgiendo primitivo
desde su propio fondo.
Repitiendo, contundente,
su eco de sangre y lodo.
Detenido ante abusos
del albedrío del tiempo.
Con golpes, redondos,
el oleaje deteniendo
de banderas invasoras,
tenaz frente al asedio...
La luna está redonda,
la noche es transparente.
Color de soledad
su aspecto irreverente.
Cuando su voz es el llanto
de los que sufren con calma,
cuando hablan los oprimidos
por su boca solidaria,
cuando es la compañía
de personas solitarias,
cuando duerme, de los esclavos,
la voz, en su garganta;
cuando al amor y al desamor
él siempre canta,
cuando un canto se hace flor
y su aroma nos hace temblar,
al llegar a nuestro corazón,
mejorando nuestro pensar;
cuando se convierte en la voz
de los que callan y aguantan,
cuando quien lo escribe
mira con honradez
y utiliza para cambiar el mundo,
de su palabra, el poder.
sin importar siquiera
si tiene una peseta,
puedo asegurarles
que están ante un poeta.
En la boca del cocodrilo
había dolor,
¡¡se comió el muy pillino
todo el turrón!!.
Volando pasó un grajo
con alas grandes
diciendo sus palabras
a todo el aire.
“Yo vendo golosinas,
vendo barato,
Si no te duelen muelas
cómprame pato.”
Rien alegres, en el río,
todos los patos,
diciendo cua, cua, cua,
cuánto es barato.
Limpiándose sus gafas
un jabalí:
“Arreglo dentaduras,
venid a mí.”
Ya el cocodrilo ha ido
a su consulta.
Le ha quitado y ha puesto
la dentadura.
Le ha quedado muy blanca
también muy fina.
Le aconseja no abuse
de golosinas.
Las mariposas separan
alegrías y tristezas
por una fina tela
que nunca penetran.
El cartel de cerrado
en el cuarto de las alas
es castigo... ¡Que algunas
mariposas son malas!.
Alucinando en dos filas
por sus nombres las llaman
responden sin ganas
las que quedan sin paga,
por volar en las luces
de la calle Alumbrada.
Cuerpo largo, brazos largos,
tiene la caporala.
En las noches de otoño
cierra bien las ventanas.
Bajo una farola
mujer anónima espera
que le compren escobas.
Las mariposas ven
que, la pobre, esta sola.