Estoy viejo y estoy cansado

Esperando a que me llamen.

¡Pa la mili, no! ¡por Dios!

Para presentarme a examen.

Se lo viá pone difícil...

Cuando me pregunten cómo

Viví yo mi vida aquí.

Que yo..., ¡me acuerdo de poco!.

Otras veces me llamaron

Del camino me volví

Se ve que no les gusté

Y me dejaron aquí.

Hago recuento y memoria

De lo que debo decir

¡No viá contar toa la historia.

Desde el día en que nací!.

Y en mi examen de conciencia

Escudriño agudamente...

¡Qué desastre!... ¡Chapucero!

Pero... lo hice honradamente.

En la Encarna, yo sí creo

Que no en la reencarnación.

Eso a mí no me conviene...

¡Otra vez!..., ¡será peor!

Y lo malo es en el cielo.

No sé como se pondrá

El santo Job si me ve.

Que él de interino allí está.

Porque esa plaza ya es mía.

Que la gané a pulso yo.

O el gracioso del portero...

¡Pedro! ¡Pa ser cabezón!.

En fin ya lo estudiaremos

Que si al cielo van las buenas

Yo del cielo  no me muevo.

Ayer fue el éxodo triste

Al terrible mundo fiero.

Donde a nadie tú conoces.

Donde tú fuiste extranjero.

Emigraste, por el hambre,

No por ser aventurero.

Al igual que pasa hoy

Con el joven que es inquieto.

Ciudadano, tú, del mundo.

Porque no supo tu patria.

Aprovechar tus talentos

Y te convirtió en un parias.

Yérguete sobre esta España.

Demuestra que no eres tú

El que sobra en esta patria.

Sino el que llena el baúl,

Con dinero de los pobres.

Y lo lleva al extranjero

Teniendo grandes caudales

En paraísos financieros.

Si yo fuera marinero

Le robaría a la mar,

Para dárselo a la tierra,

Los peces, ... ¡Y a navegar!

No me enterraría en el suelo,

Siendo un soldado del mar.

Que mi cuerpo iría al fondo,

Carne de yodo y de sal.

Con mi rosa de los vientos,

Siempre listo a deshojar.

Y siempre mirando al cielo

Como soldado del mar.

Si yo fuera marinero,

Quisiera ser capitán.

Y manejar mi velero,

Por los caminos del mar.

Cada cual tiene un sendero

Predestinado a seguir.

Sólo que puede elegir

Cuándo andarlo, si en diciembre

o en enero.

Que mi camino hacia Dios

Es mío, y de nadie más.

No te lo puedo prestar.

Es secreto entre Él y yo.

Dios no desvela secretos,

Ni tampoco lo hago yo.

Somos los dos muy discretos.

Señor yo no sé si te  amo.

No sé si juegas limpio

Con el género humano.

Tú que haces milagros,

Señor, ¿porqué tanto avaro?,

¿porqué permites guerras

y que los niños mueran?

Señor yo, no sé si me amas.

¿porqué no hablas claro?

Señor, sin trucos, sin trampas...

Señor Tú, ¿a qué juegas?

¿Porqué siempre al pobre

desamparado dejas?.

Yo te propongo un trato:

“Cree en mí y yo en Ti,

Y líbranos de los malos”...