¡¡Andalucía es mi tierra!!
Dijo orgulloso el poeta.
Aunque sólo poseyera,
De geranios, dos macetas.
Cuando nos falten la Memoria y la Razón, siempre nos quedará
LA IMAGINACIÓN DEL ALMA.
(Reservados todos lo derechos legales de los textos de este blog)
¡¡Andalucía es mi tierra!!
Dijo orgulloso el poeta.
Aunque sólo poseyera,
De geranios, dos macetas.
Hace un tiempo aquí vivía
Otro hombrecito en mi cuerpo.
Yo no pregunto por él...
Llevo ya tiempo sin verlo.
El que subía montañas
Buscando el azul del cielo...
¿No te acuerdas? ¡siempre hablaba!
No le gustaba el silencio.
Él sabía matemáticas
Y leía libros de versos...
Tenía negra la barba
Y la cabeza con pelo.
A él le gustaban las bromas,
Aunque a veces tenía genio.
Para hacer cualquier chapuza
Él siempre estaba dispuesto.
Me llevaba bien con él,
Parecía un hombre bueno.
No sé dónde se ha metido.
Llevo ya un tiempo sin verlo.
¡Ay!, clavel, vente conmigo.
Juguemos al escondite
Junto al tronco del olivo.
¡Ay!, jazmín, trepa en el muro.
Que enredándose en las cañas
Viene un pensamiento oscuro.
- Pero... ¿Qué pasa?
-La luna Nueva,
-la que todo lo oscurece-
se esconde en el horizonte.
-¿ Y el amor?
Ha huido.
(Cargada de negrura viene
la noche cuando el sol se ha ido).
¡Qué bien me siento al bajar
de tu pecho a tu cintura
y poderte acariciar
tu blanca piel linda y pura!
¡Qué caliente está mi boca
temblando sobre tu cuerpo!
¡Qué brillo tienen tus ojos!
¡Ay! ¡Mis labios! ¡Qué contentos!
¡Cuánto se puede gozar!
¡Qué satisfecho me encuentro
cuando te veo disfrutar!
Hay baja una blanca nube.
Sobre el monte, azul el cielo.
Es la montaña que sube,
Tocando la nube el suelo.
En su falda el olivar.
Entre olivos y en el suelo,
La perdiz corriendo va.
Y detrás tos sus polluelos.
Cerca de acequia una rana
Nos distrae con su croar.
En el horizonte, blanca,
La luna de plata está.
Por la honda vena oscura
De mi carne.
Ven, mete tu mano dentro
Con mi sombra.
Busca mi corazón hasta
Encontrarle.
Pregúntale tú si lloro
Cada noche.
Porque me cuestan la vida
Tus reproches.
Que yo estoy pidiendo ayuda
¿Tú me oyes?.
No dudes de mi cariño
Nunca más.
Que sabes soy como un niño
¡Ten piedad!
Fui espiga verde y granada
¡soledad!
Soledad siente mi cuerpo...,
¡soledad!
La soledad de mi alma...,
¡soledad!
Que siempre tuve la calma,
Destemplada...,
Por la lluvia de mi llanto,
Quedé en nada.
Que todo lo que viví,
Fue aguardar.
Sé que te debo arrancar
¡soledad!
No quiero aferrarme a ti
Sin cantar.
Sí, cambiarte en esperanza
Sin llorar.
Yo de la muerte volví
No había otra luz que yo mismo.
Mi sangre me devoraba.
Lo enfrenté con optimismo..
Que ni leer yo podía.
Y escribí por comprobar
Que en este mundo seguía.
Sentidos emancipados
Al recuperar palabras...
¡Qué buen susto me he llevado!
Como nube solitaria
Que, a veces, luce en el cielo
Ahora se encuentra mi alma
Si piensas que no te quiero.
Blanca nube en fondo azul.
Siempre tan alta y lejana
Eso para mí eres tú
Cuando de mí, tú, te apartas.
¿Ves aquella que se acerca
junto a la luna de plata?
Ella el campo deja seco
Como tú dejas mi alma.
Quisiera yo ser tu viento
Y traerte hasta mi casa
Para que juntos veamos...
¡Primer sol de la mañana!.
La vida es como una noria
Repleta de cangilones
Le vas poniendo renglones
Y ahí le escribes tu historia.
Y si haces bien tu trabajo
Y repartes bien el agua
Con que se rieguen tus campos
Puede que cosecha haya.
Que no estás aquí de adorno
Como no lo está la noria
¡Vamos!... que si no das vueltas
Pronto se acaba tu historia.
Si las vueltas que aquí damos
Dan sus frutos para todos
Camino recto llevamos
Y no es así de otro modo.