Texto en el que pretendo expresar mis ideas y pareceres sobre la polémica catalana.
Me parecería muy halagador que ni mis padres, ni mis hermanos, quisieran que yo no abandonase el hogar familiar y me fuese a vivir por mi cuenta. Estaría agradecido y reconfortado con su cariño, pero no sería motivo suficiente para seguir siempre allí. Mi derecho, como adulto, a vivir por mi cuenta y riesgo, el de mi “autodeterminación”, tendría que ejercerlo yo, sólo con mi voto, no con el de ellos, pues me quedaría en minoría, salvo que yo fuese un “pringaillo” sin respeto por mí mismo y estarían deseando traspusiese.
Hay quién me dirá que la relación Cataluña y el resto de España no es una relación paterno-filial, sino más bien un matrimonio, mejor o peor avenido. En este caso, si tu pareja te dice que se va, debes saber dos cosas: primera, que no puedes retenerla a la fuerza y segundo debieras pensar qué cosas hicieron enfriar el cariño y/o la pasión. Pero, yo, sinceramente no creo que sea este el ejemplo mejor para las relaciones que intento aclarar, sino que somos pueblos hermanos. Como tal, si mi hermano decide vivir en el pueblo de al lado, lo mejor, creo yo es desearle suerte, ayudarle en el traslado y hacer cuanto esté en mi mano para que sigamos siendo una familia (más o menos repartida).
Así pues, intentaré ponerme de acuerdo con él en ayudarnos en las cosas fundamentales de la vida, en caso de enfermedad, a la hora de comprar algo juntos para beneficiarnos ambos de mejor precio, al comprar más cantidad y cosillas así. Lo que en términos políticos tiene Baviera con el resto de Alemania (por ejemplo), FEDERACION de estados independientes. Limitando la independencia por su asociación voluntaria y las normas que se precisan para la buena convivencia entre hermanos.
Todo eso es posible y acaso conveniente, discutiendo con respeto y llegando a acuerdos.
Claro que si el joven, lo que quiere no es irse, sino que la mamá le compre un nuevo video-juego, y chantajea a sus torpes progenitores, hasta conseguirlo y luego otra temporadita callado hasta la vez siguiente, pues... Pero tampoco será el caso de que sea una rabieta catalana por negarles el pacto fiscal y cuando lo consigan otros 30 años sin acordarse de irse. No, no creo que sean tan frívolos.
Lo que sí me parece una torpeza (dicho con todos los respetos y el cariño que me es posible) es que ante la disputa, de los hijos de la madre (entiéndase madre patria, viuda del gobierno republicano, hace mucho y en nuevas nupcias con la monarquía) el papá, rey de la casa, crea sanjado el asunto con decir... “dejaros de quimeras”.
Si yo fuera psicólogo, que no lo soy, podría afirmar si es o no Síndrome de Estocolmo la relación que se estableció con la modélica transición que hicimos (entren todos y sálgase el que pueda). Porque había miedo y no era el momento (según parece) de hacer un referéndum monarquía-república. Ni era el momento, (Yo sí tenía miedo, los valientes no) no era el momento de plantear federalismo o autonomías. Y nos alegramos mucho con lo que se nos dio. Bastante más de lo que teníamos.
Pero... ¿para cuándo leyes que expresen la verdadera voluntad popular?. Porque a lo mejor estaríamos más de acuerdo si la ley electoral se reciclara un poquito. Casi con que se ponga que ningún partido, tenga el número de votos que tenga, obtendrá más del 49% de los escaños, la cosa mejoraría y se evitarían mayorías absolutistas. Si además le añadimos listas abiertas, ya es con guinda y todo.
. El Jefe del Estado debiera, a mi torpe entender, pronunciarse sobre las familias que no pueden pagar la hipoteca, y se quedan en la calle y además con deuda de por años. También sobre la distribución de los recortes. Exigiendo a los capitales y a los políticos que favorezcan el bien del pueblo, invirtiendo en actividades que permitan a las personas trabajar y vivir de acuerdo a los derechos humanos.
Si el cargo de Jefe del Estado es un cargo político (si no que me expliquen qué es) no solo tiene derecho, sino obligación a pronunciarse políticamente. Ya que la soberanía, parece ser que reside (teóricamente) en el pueblo. Y al “soberano” pueblo habría que decirle las cositas más claras.
Porque desde aquí, los de abajo, ni nos enteramos de qué va la copla. ¿O es que es verdad que el asunto de la crisis es una gran estafa orquestada para reducir derechos laborales y civiles y dejarnos como corderos en manos de los lobos?