Un viento precipitado
obró sobre un velo quedo,
que tuvo el aire en la cárcel,
del hombre, en otros momentos.
Y la luz brutal de un hada
iluminó las conciencias
cuya voz fiera y callada
tornó densidad de ciencia.
Hasta las oscuras piedras
se volvieron plumas claras.
Volaron a ser montañas,
sombra viva en justas ansias.
Leve vuelo de Justicia
fue devolviendo el aliento
a gente capaz y activa
dándoles valor y peso.
Alas de imaginación
surgieron en gobernados
obligando con tesón
a derechos respetados.
Los truenos del mediodía
a altos brazos del poder
recortaron cobardía
para que ejercieran bien.
Autor: Pedro Jesús Cortés Zafra.