Sólo Dios sabe
los secretos de mi corazón.
Al minuto,
cada sentimiento de mi vida.
Y que el frío de su desaire,
mis fuerzas quita.
Que tengo el alma
en los ojos y la muerte esquiva.
Leña de mi árbol quiere,
de su aire, izarse al cielo.
Mi camino es noche
llena de recuerdos.
Mi esperanza,
horas en las estrellas,
es, en mis sueños, eterna y tierna
cual primavera
bonita, de vida plena,
como felicidad
de flores sin tormentas.