Dormir el inocente
sueño de la fiera
abdicando a la miel
que unos labios nos entregan.
Dar, olvidándose
de lágrimas.
Romper silencios de dolor
Sin dejar huellas.
Innovarse, cada día,
entre otros brazos...
Quizás.., ¡eso sea!.
Quedar exhausto de pasión,
Mirar con infantiles ojos
Seguir los dictados del corazón,
Librándonos de enojos,
¡Tal vez sea!
No tener frío de madrugada
Ni, de caricias placenteras,
tener manos desusadas.
¡Quizás sea!