La esperanza se yergue cada día.
Miles de manifestantes
Enarbolan la miseria de sus vidas.
Mientras, la policía, al servicio del pueblo, se supone...
Construye los límites del miedo.
Y adelgaza la risa de sus gentes
Que luchan por derechos de su pueblo.
Y huyen como fantasmas
Encadenados a la tristeza.
Golpeados por los sueños que sueñan.
Sueños de pan para sus hijos,
De pan, de cultura y sanidad
Que los corazones duros, pudientes pijos,
Quieren arrebatar.
Que quieren que nuestros hijos
Hereden sólo el cansancio por tanta injusticia
Y nos destrozan el alma
Con viles decretos y torpes pericias.