Lejos de angustias y de sobresaltos,
como crece el jazmín,
sólo respirar y vivir,
quiero gozar mi sino,
aunque sea la muerte
mi único destino.
Pero el peso de la lealtad,
sostengo entre las manos,
pleno de luz y milicia fraternal
y me da las ansias en que viven los humanos.
Como camisa olvidada tras su uso,
me siento sumido en la orfandad.
Como aire emponzoñado sobre los platos,
envenenado y demandando bondad.
Quisiera disfrutar
una paz sin armas escondidas.
¡Qué ilusión! ¡La Armonía reverdeciendo!
Y creciendo hasta mi último día...
Que la vida aplaste y que condene
a quien intente descargar un maleficio
perturbando la solidaridad
peleando solo por beneficios.
Autor: Pedro Jesús Cortés Zafra.