En mi destierro de dolor se enciende
con pena tu recuerdo.
En los cauces de mi silencio,
ni presientes cómo invoca
mi cuerpo, que está muriendo,
ni lo que encierra
la necesidad de participarte
mi sentimiento.
Hasta el viento me quema
por el dominio absoluto
del odio en que navega
tu silencio.
Vivo la Impotencia de esta espera
agazapada en mis fuegos.
Su magia anda exhalando
en mis entrañas
algo de fuerza encendida
con ásperos aromas
que me arrebatan el cielo.
Todos mis secretos sometidos
a tu indiferencia voluntaria
los guardo en los rincones de mi alma
dándoles estructura de esperanza