Una simple mirada de admiración y cariño.
Frente a ella tu cúmulo de soledades. Sonríes.
Imaginas un ardiente comienzo.
La adrenalina inunda tu corteza cerebral.
El pulso cardíaco se acelera.
Decisiones biológicas incontrolables,
sientes como fluye tu sangre...
Es joven, de cuerpo escultural, proporcionada;
inteligente, libre, alegre y bella.
Sus ojos verde olivar y sus rojos labios te cautivan.
Preso de amor, lanzas al aire la imaginación.
Te frena...la razón.
Tanteas el camino. Eres perro viejo
y consigues su amistad.
Te ilusionas y de tus manos salen los más
bellos versos de amor.
Coqueta, sonríe.
Ignora lo que tu alma encierra.
Para esta historia no dispones de ningún final feliz.
Sabes que encontrará a alguien que valga más que tú.
Y que nunca lo va a dejar por ti.
Además... ¡nada hubo entre ella y tú!.
Una punzada distante de soledad y rabia
te devuelve a tu realidad:
¡Tristeza y vejez!...
Pedro Jesús Cortés Zafra.