Me siento cuando camino,
junto a tí, tan vulnerable
que con palabras no atino
a decir lo que tú sabes...
¡Que por ti me estoy muriendo!
Y no se lo he dicho a nadie.
Jamás mis labios dijeron
(aunque sé que tú lo sabes)
lo que por ti estoy sintiendo.
Hablando no sé expresarme.
Bien sé que me estoy mintiendo
al pensar puedas tú amarme.
Pero a pesar de ser viejo
se me remueve la sangre
cuando tu belleza observo
sin que se entere ni el aire.
¡Ay! Niña de mis tormentos
yo soy tan feliz de amarte
que si al menos un momento
pudiera al fin abrazarte
y darte yo a ti mis besos
y... ¡tenerte! y... ¡disfrutarte!
Te llevaría hasta un cielo
que nunca tú imaginaste.
Y así sentirías por dentro,
un Universo más grande.