Hay gran quietud en los árboles,
un azul limpio en el cielo
y el sol cayendo a raudales
en la mañana de enero.
Es la claridad del día,
quien me incita a escribir versos:
en paz justa y armonía
y renovando mis sueños.
Disfruto de este momento
en la mejor compañía.
Es la mujer que yo quiero,
que está a la verita mía.
Tranquilamente sentada,
a mi lado, en la butaca,
con dos agujas y lana
va tejiendo una bufanda.
Todo es silencio en la sala,
es un silencio amoroso
que no precisa palabras...
¡Aquí todo es armonioso!.
Y mientras el mundo fuera
briega y pelea por caudales
como si nadie supiera
estos momentos qué valen.
Pedro Jesús Cortés Zafra.