Detened las palabras, apresad-las,
porque buscan disolverse en los aires
y esconderse en las brumas de la tarde.
De dimes y diretes ya andan hartas.
Sabed que sin palabras no sois nadie.
Tened, pues, mucho respeto al usarlas
sin dejar que nos huyan las palabras
formemos con cariño los mensajes.
Usemos-las en las guerras como armas
contra el tirano cruel que justifica
los crímenes y el uso de matanzas
de inocentes que al líder glorifican,
cuando son de muerte sus palabras.
Huid si esas palabras os salpican.
Pedro Jesús Cortés Zafra